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Anuncios clasificados

Anuncios clasificados

El precedente contemporáneo más antiguo de anuncios personales lo encontramos en la Inglaterra del siglo XV donde aparecen carteles escritos a mano y colocados en postes y muros en los lugares públicos.
Sin embargo, no es hasta finales del siglo XVIII, con la aparición de la prensa escrita, cuando surge el fenómeno de los anuncios clasificados tal como hoy lo conocemos. Es precisamente de ahí de donde obtiene su denominación “Classifieds advertising” puesto que este tipo de anuncios se empieza a publicar en los periódicos, en una sección propia, agrupados y clasificados por categorías: Motor, inmobiliaria, hogar, servicios, etc.
En 1580 Michel de Montaigne, creador del ensayo, escribía: Mi difunto padre (que era hombre de juicio claro para no ayudarse sino de la experiencia natural) me habló hace tiempo de su deseo de ver establecido en las ciudades un lugar al cual pudieran acudir los que tuvieran necesidad de alguna cosa, y donde un empleado puesto al efecto registrase el asunto de que se tratara; por ejemplo, tal individuo quiere vender perlas, tal otro quiere comprar; tal persona desea compañía para ir a París; tal otra busca un servidor de ésta o de aquella condición; otro busca un amo; tal necesita un obrero; en fin, quiénes unas cosas, quiénes otras, cada cual según sus necesidades. Es probable que este medio de ponernos al corriente proporcionaría alguna ventaja al bienestar público, pues en toda ocasión hay cosas que se desean y por falta de comunicación se ven muchas gentes en la necesidad más extrema. Ensayos tomo I capítulo XXXIV
El 9 de agosto de 1629 se inaugura la primera agencia de anuncios en Francia y, posiblemente, en Europa: La “Oficina de Anuncios y de Encuentros” promovida por Renaudot. La oficina disponía de un edificio en pleno centro de la capital formado por varios salones destinados a diferentes propósitos: En algunos de ellos se exponen ofertas y demandas de todo tipo, en tablones sujetos en las paredes y en boletines manuscritos. Anteriormente, el 31 de marzo de 1628 el rey había ampliado la concesión, otorgando a Renaudot el derecho a abrir otras oficinas similares en cualquier lugar de Francia. El éxito de la oficina de anuncios es tal, que Renaudot pasa pronto a imprimir los boletines. Se trata de hojas volantes que se publican con el siguiente encabezamiento: “Inventaire du bureau d’padresses et de rencontres où peut donner et recevoir toutes les nécessités et commodités de la vie et société humaines”. El precio para cada anuncio es de tres sous, siendo gratuito para los pobres que demuestren su insolvencia. El objetivo primordial de esta iniciativa es luchar contra la mendicidad, facilitando a la gente la búsqueda de empleo… Pronto sus instalaciones se verán desbordadas por la afluencia de personas procedentes de toda Francia.”
Sin embargo, es en el año 1704 cuando, en los Estados Unidos de Norteamérica, aparece un anuncio en el Boston News-Letter ofreciendo a los lectores la posibilidad de publicar sus anuncios de venta de casas, tierras, ovejas y otros bienes a un módico precio de entre 12 peniques y cinco chelines. El anuncio fue un autentico éxito y a partir de ahí, el concepto de anuncios por palabras clasificados se extendió al resto del mundo.


A lo largo de la historia se han publicado miles de millones de anuncios clasificados. Algunos de ellos tan extraordinarios como este:
Men wanted for hazardous journey. Low wages, bitter cold, long hours of complete darkness. Safe return doubtful. Honour and recognition in event of success.
El anuncio fue publicado en Londres en el periódico The Times el 29 de diciembre de 1913 y su función era reclutar gente para la expedición de Ernest Shackleton al polo sur.
En España, el coste de publicar un anuncio por palabras en 1911 era “De una a 10 palabras, 2 pesetas. Por cada palabras más, 20 centimos; sin descuento. Las abreviaturas se cuentan como una palabra y toda cantidad numérica que exceda de cinco cifras, por dos palabras. Al importe de cada inserción deberán añadirse 10 céntimos de peseta por el impuesto del Timbre… Los originales se remitirán con ocho días de anticipación á la fecha en que deban ser publicados.”ABC
Lo que sí es cierto es que, desde los primeros anuncios clasificados hasta los anuncios que hoy vemos publicados en Intenet, los anuncios clasificados son un reflejo de la época en la que fueron publicados y nos dan una idea de como eran las personas y sus vidas; y aunque los anuncios clasificados han evolucionado en la forma, el fondo es el mismo. No importa la época en la que nos encontremos la gente siempre tendrá la necesidad de poner anuncios para intentar comprar o vender cosas de ocasión o segunda mano, reclamar objetos perdidos, buscar ofertas de trabajo, etc.

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